La salud mental de los estudiantes universitarios es una prioridad, y cada vez se hace más evidente la necesidad de tratamientos adaptados a este colectivo. Este estudio evaluó la aplicación del Protocolo Unificado (PU), una intervención psicológica transdiagnóstica basada en evidencia, en formato individual y presencial en estudiantes de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) que presentaban síntomas de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales. La meta fue ver si el PU, aplicado en sesiones individuales, podía mejorar el bienestar de los estudiantes y reducir sus síntomas emocionales.
¿Qué se hizo en el estudio?
En esta investigación participaron diecisiete estudiantes que presentaban síntomas de trastornos emocionales y que buscaban ayuda en el servicio psicológico de la universidad. El PU se aplicó en sesiones individuales de unos 50 minutos cada una, a lo largo de 16 a 18 sesiones. Esta intervención transdiagnóstica incluye módulos que enseñan a los estudiantes a identificar y gestionar sus emociones, practicar la flexibilidad cognitiva y exponerse gradualmente a emociones intensas. Los resultados fueron muy alentadores: al finalizar el tratamiento, la mayoría de los estudiantes mostraron una reducción significativa de los síntomas de ansiedad y depresión. Incluso algunos dejaron de cumplir con los criterios para un diagnóstico de trastorno emocional, lo que indica un notable avance en su salud mental.
¿Por qué es relevante este estudio?
Este trabajo aporta evidencia sólida de que el PU puede ser una herramienta muy efectiva en los servicios de atención psicológica universitarios. La salud emocional de los estudiantes afecta su rendimiento académico, sus relaciones y su calidad de vida en general. Sin embargo, muchos no encuentran un apoyo accesible en momentos de necesidad. Este estudio muestra que el PU, al ofrecer una intervención estructurada y basada en evidencia, es capaz de ayudar a los estudiantes a mejorar su regulación emocional, reducir el estrés y enfrentar mejor sus desafíos diarios.
Conclusiones y futuro
Gracias a los resultados obtenidos, este estudio destaca la efectividad y el potencial del PU como una intervención válida y efectiva en los servicios de salud mental de las universidades. Además de ser útil para reducir síntomas, el PU permite a los estudiantes desarrollar habilidades duraderas para gestionar sus emociones y prevenir recaídas. Este enfoque podría expandirse a más universidades en el futuro, ayudando a que el apoyo psicológico llegue a un mayor número de jóvenes en el momento en que más lo necesitan.